domingo, 27 de enero de 2019

Los pies, fundamentales para una buena salud.

Hoy vamos a hablar de la correcta alineación del cuerpo a la hora de realizar los ejercicios de Pilates. Aunque lo hagamos referido al método Pilates, como siempre comentamos en nuestra clases, lo que tenemos que intentar es trasladar la forma de trabajar y de colocar el cuerpo en Pilates a nuestras rutinas diarias. En sus investigaciones, Joseph trabajó concienzudamente en el estudio del cuerpo humano y en su movimiento para encontrar las posturas más naturales de acuerdo a nuestra anatomía y los movimientos más puros y fluidos. De hecho, en su libro “Your health, a corrective system exercising that revoluzionizes the entire field of physical education” (“Tu salud, un sistema correctivo de ejercicios que revoluciona por completo el campo de la educación física) ya anunciaba a modo de sentencia universal que “los hábitos incorrectos son responsables de la mayor parte de nuestras dolencias, si no de todas ellas”. Es por eso que hoy vamos a hablar de la correcta alineación postural del cuerpo, que va a posibilitar corregir malos hábitos con el resultado de un alivio de nuestros dolores y molestias.


Buda dijo en una ocasión “tu pie siente el pie cuando siente el suelo”. Y no podía estar más acertado: la propiocepción es el sistema que tiene nuestro cuerpo para informarnos de nuestra posición y orientación en el espacio. Utilizamos la información aportada por los propioceptores para movernos. De hecho, cuanto mejor es nuestra propiocepción, mejor es nuestro movimiento. Resulta que el 70% de la información propioceptiva proviene de los receptores de presión situados en la planta de los pies.

Propiocepción: el sexto sentido.

La propiocepción implica nuestro sentido del equilibrio, de posición y de nuestro cuerpo en el espacio. Significa literalmente: sentirse
Tu cuerpo se organizará en base a la información que recibe. La columna es una estructura móvil que adapta su posición por la activación o desactivación de distintos músculos, corrigiendo su postura en base a la información que nuestros pies van captando y las necesidades de movimiento.



Entendemos por correcta alineación postural aquella que da al cuerpo la mayor eficiencia con el mínimo gasto energético y el mínimo estrés en huesos, articulaciones, ligamentos y músculos. Es por esta razón que es indispensable mantener la buena alineación en todos los movimientos y en cada una de las posiciones de entrenamiento. La falta de alineación en las extremidades y en el tronco puede reducir la amplitud de movimiento, fatigar prematuramente la musculatura y crear patrones de movimiento potencialmente dañinos para las articulaciones.
     Vamos a analizar la correcta alineación postural estando de pie, para posteriormente trasladar simplemente esa postura a las demás posiciones de trabajo (sentados, tumbados boca arriba, boca abajo, de lado y por último a cuatro patas).
     “Empezando de abajo hacia arriba, pies alineados y mirando al frente, con rodillas levemente separadas (simplemente quitamos el bloqueo de la articulación), piernas separadas al ancho de las caderas (entendiendo caderas como la articulación entre la pelvis y el fémur), pelvis en posición neutra, con la columna manteniendo sus curvaturas naturales y bien estirada hacia el techo, con la sensación de crecer, pecho ancho, abierto, con los hombros relajados abajo (lejos de las orejas) y un poco atrás, alineados (a la misma altura) y terminando con el cuello y la cabeza alineados con la columna, imaginándome que tengo un libro sobre la cabeza y no se puede caer, con la mirada al frente y el mentón ligeramente caído (marcando un poco la papada)”

Ya con nuestra correcta alineación postural, lo único que deberíamos hacer es ir trasladando esa postura a diferentes posiciones, con leves cambios. Así, cuando estemos sentados, las rodillas estarán flexionadas, pero nuestra piernas seguirán abiertas al ancho de caderas, la pelvis neutra y la columna larga, con los hombros atrás y abajo. 



Los pies reflejan el estado de nuestro ser, sobre ellos descansa nuestro peso y nos conectan con Gaia*. Anteriormente el caminar descalzos en terrenos asimétricos mantenía la fuerza de nuestros pies y le proporcionaba un masaje contínuo a todo el cuerpo a través de los puntos reflexológicos, también usábamos los pies para asistir a las manos en realizar actividades complejas, todavía en algunas comunidades hay mujeres que ensartan agujas con los pies. Sin embargo hoy es necesario contrarrestar los efectos nocivos de caminar sobre pavimento y habitar en esas jaulas llamadas zapatos, mediante atenciones especiales para nuestros pies.
Es de especial relevancia estar concientes que los pies son una terminal del cuerpo y que muchas veces un problema que se manifesta en un lugar tiene su origen en otro lado, de ahí que entrenar los pies con Pilates ciertamente beneficie al cuerpomente en su totalidad.

Como en todo proceso de aprendizaje y exploración es recomendable progresar gradual y consistentemente, pasándolo bien y disfrutando cada instante.
Poner los pies en La Tierra, poner los pies en Gaia

– Ponte con los pies a la altura de tus caderas, procura que tus rótulas apunten hacia el frente y que el segundo dedo de tus pies esté alineado en esa dirección. Mantén los tendones al frente de tu pie relajados y suavemente levanta tus arcos
– De pie balancéate lentamente hacia adelante y hacia atrás sintiendo como cambia el peso de tu cuerpo sobre tus pies, haz estos movimientos cada vez más pequeños hasta encontrar el punto donde sientas que el peso está equitativamente distribuido en la bola del pie, en la bola del dedo chiquito y en el talón
– Imaginar que eres un árbol con piernas fuertes como troncos y que los pies se hunden en la tierra como raíces absorbiendo energía de manera ascendente a través de los arcos. Una imagen simpática es pensar que se tienen enormes pies de pato o bien que en los deditos de los pies tenemos ojitos que miran y pestañean.


Y para terminar :


El calzado, los hábitos del día a día, la actividad o ausencia de ella… Van a condicionar nuestros apoyos. Y a la vez éstos van a modificar la posición de nuestra espalda. Pilates decía que “una persona es tan joven como lo sea su columna vertebral” y una columna sana es una columna con movimiento. Cuida la salud de tus pies si quieres mejorar la salud de tu espalda. La falta de movilidad en los primeros afectará de manera directa a tu columna. El trabajo de propiocepción y la toma conciencia de tus apoyos te ayudará a reajustar tu esquema corporal y por tanto conseguirás una postura más alineada, más libre, sin tensiones.



Espero que os haya servido de interés.

"Los pensamientos son los causantes de las emociones: si aprendes a pensar de forma adecuada, aprenderás a sentir de otra forma: ¡Garantizado!"

Juan Barberá

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